Ate de membrillo, guayaba, tejocote, pera o manzana

El ate, con su textura suave y su sabor dulce y frutal, ocupa un lugar privilegiado en la vasta y rica tradición culinaria de México. Este tradicional dulce, elaborado principalmente a partir de frutas como guayaba, membrillo o tejocote, no solo deleita el paladar, sino que también cuenta historias de artesanía y saberes ancestrales. A continuación, te contamos cuál es la historia del ate, sus beneficios y sus recetas, descubriendo por qué este dulce ha perdurado como una joya gastronómica en la cultura mexicana a lo largo de los siglos.

Ate mexicano

Historia del ate mexicano

El ate, un dulce tradicional mexicano con una historia rica y arraigada, tiene sus raíces en la época colonial del país. Su nombre proviene del náhuatl «atl» que significa agua, haciendo referencia a su consistencia suave y gelatinosa. Originalmente, el ate se elaboraba con membrillo, fruta traída por los españoles, y se preparaba cocinando la pulpa con azúcar hasta obtener una pasta espesa y dulce.

Durante el Virreinato de Nueva España, el ate se convirtió en un dulce muy apreciado tanto por la población local como por la aristocracia. Su elaboración artesanal se perfeccionó y se extendió por todo el país, adaptándose a diversas frutas disponibles en diferentes regiones de México como guayaba, tejocote, manzana y pera.

El proceso tradicional de hacer ate implica cocinar la fruta con azúcar hasta que se reduce a una consistencia espesa y se vierte en moldes para enfriarse y tomar forma. Posteriormente, se corta en cuadros o se moldea según la preferencia, a menudo cubriéndolo con azúcar o almendras para decorar.

Hoy en día, el ate sigue siendo un símbolo de la artesanía culinaria mexicana, apreciado por su sabor natural y su conexión con las tradiciones gastronómicas ancestrales. Su versatilidad y su presencia en festividades y celebraciones, como el Día de los Muertos y las posadas navideñas, han asegurado que el ate continúe siendo una delicia popular que trasciende generaciones.

Propiedades nutricionales del ate

El ate, un dulce tradicional mexicano elaborado principalmente con frutas como membrillo, guayaba o tejocote, ofrece algunas propiedades nutricionales que lo distinguen entre otros postres. Principalmente compuesto por fruta cocida y azúcar, el ate conserva parte de las vitaminas y minerales presentes en la fruta original, aunque su contenido nutricional varía según la fruta utilizada y el proceso de preparación específico.

En términos generales, el ate contiene una cantidad significativa de carbohidratos debido al azúcar agregado durante la cocción, lo que proporciona una fuente rápida de energía. Ahora bien, suele contener una cantidad considerable de azúcar añadido para lograr su característico dulzor, lo que aumenta su contenido calórico y de carbohidratos.

A continuación te ofrecemos un resumen de las principales propiedades que tiene el ate de membrillo, guayaba, tejocote, pera y manzana.

Ate de membrillo

El membrillo es una fruta con propiedades nutricionales distintivas. Desde el punto de vista nutricional, el ate de membrillo es conocido por ser una excelente fuente de fibra dietética, importante para la salud digestiva al promover la regularidad intestinal y ayudar a controlar los niveles de colesterol en la sangre.

En términos de vitaminas y minerales, el membrillo aporta cantidades significativas de vitamina C, un antioxidante clave que apoya el sistema inmunológico y contribuye a la salud de la piel. También contiene vitaminas del complejo B, como la vitamina B6 y el ácido fólico, que son importantes para el metabolismo energético y la salud cardiovascular.

En cuanto a los minerales, el membrillo es rico en potasio, un mineral esencial para la función muscular, la salud del corazón y la regulación de la presión arterial. Además, proporciona pequeñas cantidades de otros minerales como el magnesio, el fósforo y el calcio, que son fundamentales para la salud ósea y el equilibrio mineral del cuerpo.

Ate de guayaba

La guayaba es una fruta tropical conocida por su sabor dulce y aroma distintivo. Desde el punto de vista nutricional, las guayabas son notablemente ricas en vitamina C, proporcionando más del doble de la cantidad diaria recomendada en una sola porción. Esta vitamina es esencial para fortalecer el sistema inmunológico, promover la salud de la piel y apoyar la absorción de hierro. Además, las guayabas son una buena fuente de vitamina A, que es crucial para la salud ocular y la función del sistema inmunológico.

En cuanto a los minerales, las guayabas son especialmente altas en potasio, un mineral esencial para la función muscular, la salud del corazón y la regulación de la presión arterial. También contienen pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y calcio, que son importantes para la salud ósea y el metabolismo.

Ate de tejocote

El tejocote es una fruta nativa de México conocida por su sabor dulce y ligeramente ácido. Desde el punto de vista nutricional, el ate de tejocote conserva algunas propiedades beneficiosas de esta fruta. Para comenzar, los tejocotes son una buena fuente de fibra dietética, importante para la salud digestiva, ya que ayuda a regular el tránsito intestinal y puede contribuir a reducir los niveles de colesterol en la sangre.

En cuanto a vitaminas y minerales, los tejocotes son ricos en vitamina C, un antioxidante clave que apoya el sistema inmunológico y ayuda en la absorción de hierro. También contienen cantidades significativas de vitamina A, importante para la visión y la salud de la piel, así como potasio, un mineral esencial para la función muscular y la regulación de la presión arterial.

Ate de pera

El ate de pera ofrece algunas propiedades nutricionales derivadas de su ingrediente principal, la pera. Las peras son conocidas por ser una buena fuente de fibra dietética, especialmente de fibra soluble como la pectina. Esta fibra es beneficiosa para la salud digestiva al promover la regularidad intestinal y ayudar a controlar los niveles de colesterol en sangre.

Además, las peras son ricas en vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C, que es importante para el sistema inmunológico y la piel, así como potasio, que ayuda a mantener la presión arterial bajo control. En términos de composición nutricional, el ate de pera es bajo en grasas, lo que lo convierte en una opción ligera en comparación con otros dulces más ricos en este macronutriente.

Ate de manzana

El ate de manzana, por su parte, ofrece algunas propiedades nutricionales que se derivan principalmente de las manzanas utilizadas en su preparación. Las manzanas son conocidas por ser una excelente fuente de fibra dietética, especialmente de pectina, un tipo de fibra soluble que beneficia la salud digestiva al promover la regularidad intestinal y ayudar a controlar los niveles de colesterol en la sangre. Esta fibra también puede contribuir a la sensación de saciedad, lo que puede ser útil para quienes buscan controlar su peso.

Además de la fibra, las manzanas contienen una variedad de vitaminas y minerales importantes. Por ejemplo, son ricas en vitamina C, un antioxidante clave que apoya el sistema inmunológico y ayuda en la absorción de hierro. También proporcionan pequeñas cantidades de otras vitaminas como la vitamina A, E y K, así como minerales como el potasio, que es esencial para la función muscular y nerviosa.

Receta de ate de membrillo, guayaba, tejocote, pera o manzana

Sumergirse en la preparación del ate es adentrarse en una tradición culinaria arraigada en México, donde la paciencia y el arte se unen para transformar frutas como el membrillo, la guayaba, el tejocote, la pera o la manzana en una deliciosa y emblemática confitura. Esta receta honra esa herencia, guiándote paso a paso a través del proceso para crear tu propio ate, un dulce versátil que no solo endulza los paladares, sino que también celebra la riqueza de los sabores naturales que definen la cocina mexicana.

Ingredientes de la receta de ate mexicano

Para elaborar tu propio ate casero, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 1 kg de fruta (membrillo, guayaba, tejocote, pera o manzana)
  • Azúcar (la misma cantidad en peso que la fruta cocida)
  • Agua
  • Jugo de limón (opcional)

Pasos para elaborar ate de membrillo, guayaba, tejocote, pera o manzana

A continuación, te contamos cuáles son los pasos a seguir para completar con éxito esta receta:

1. Preparación de la fruta

Lava bien la fruta y córtala en trozos grandes. Asegúrate de retirar las semillas y el centro fibroso.

2. Cocción de la fruta

Coloca la fruta en una olla grande y cubre con suficiente agua. Lleva a ebullición y luego reduce el fuego a fuego medio-bajo. Cocina la fruta hasta que esté tierna y suave (aproximadamente 30-45 minutos, dependiendo del tipo de fruta).

3. Preparación del puré

Una vez cocida la fruta, retírala del fuego y escúrrela bien. Pasa la fruta por un colador o procesador de alimentos para obtener un puré fino y sin grumos.

4. Cocción del puré

Regresa el puré a la olla limpia y añade la misma cantidad de azúcar que de puré de fruta. Por ejemplo, si tienes 1 kg de puré de fruta, añade 1 kg de azúcar. Agrega el jugo de limón si lo estás usando (ayuda a mantener el color y agrega un ligero toque ácido).

Cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente para evitar que se pegue, hasta que el ate tenga una consistencia espesa y se desprenda fácilmente del fondo de la olla (aproximadamente 1-2 horas).

5. Enfriado y almacenamiento

Vierte el ate caliente en moldes previamente engrasados o cubiertos con papel encerado y deja enfriar completamente a temperatura ambiente. Luego, refrigera durante varias horas o toda la noche para que se endurezca completamente.

6. Corte y servido

Una vez que el ate esté firme, córtalo en cuadros o la forma deseada. Disfruta de tu ate de membrillo, guayaba, tejocote, pera o manzana como un delicioso postre tradicional mexicano.

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