Alegrías de amaranto: receta tradicional mexicana

Dentro de la gastronomía mexicana hay tesoros dulces que trascienden el tiempo y las fronteras. Las alegrías de amaranto son uno de esos delicados y deliciosos secretos que cautivan tanto a lugareños como a visitantes. Este ancestral dulce, elaborado con amaranto y miel de piloncillo, no solo encanta por su sabor exquisito y su textura crujiente, sino que también cuenta historias de resistencia y tradición. En este post, nos sumergiremos en el mundo de las alegrías de amaranto, explorando su historia y, por supuesto, compartiendo una receta para que puedas disfrutar de este manjar en tu propia cocina.

Alegrías de amaranto

Historia de las alegrías de amaranto

Las alegrías de amaranto tienen una historia fascinante que se remonta a la época precolombina en México. El amaranto, una planta nativa de Mesoamérica, era considerado un cultivo sagrado y fundamental en la dieta de diversas culturas indígenas como los aztecas y los mayas. Se le conocía como «huautli» en náhuatl, y sus semillas eran valoradas tanto por su valor nutritivo como por su importancia ritual.

Durante la época prehispánica, los amarantos se utilizaban para crear numerosos alimentos, entre ellos una especie de mezcla de semillas con miel llamada «alegrías». Estos dulces no solo servían como una fuente de energía sustancial, sino que también se consideraban ofrendas para los dioses y se utilizaban en ceremonias religiosas.

Aspecto de los granos de amaranto

Con la llegada de los españoles y la colonización de México, muchas de las tradiciones alimentarias indígenas se vieron influenciadas o modificadas. Aunque el consumo de amaranto se prohibió inicialmente por las autoridades coloniales, eventualmente se toleró su cultivo y uso limitado. Las alegrías de amaranto lograron mantenerse como parte de la dieta y la cultura mexicana a lo largo de los siglos, adaptándose y evolucionando con el tiempo.

Hoy en día, las alegrías de amaranto siguen siendo valoradas por su sabor único y sus beneficios nutricionales. Se han convertido en un símbolo de la identidad culinaria de México, no solo como un dulce tradicional, sino también como un recordatorio de la rica historia y la resistencia cultural de los pueblos indígenas de la región. La popularidad de las alegrías de amaranto ha trascendido las fronteras nacionales, ganando reconocimiento y admiración en todo el mundo como un ejemplo de la sabiduría ancestral y la diversidad gastronómica de México.

Propiedades nutricionales del amaranto

El amaranto es un superalimento con numerosos beneficios para la salud. Entre sus propiedades destacan su alto contenido en proteínas de alta calidad, siendo una excelente fuente de aminoácidos esenciales para el cuerpo. Además, el amaranto es rico en fibra, lo que favorece la digestión y ayuda a mantener la sensación de saciedad por más tiempo. Su combinación de minerales como calcio, hierro y magnesio contribuyen al fortalecimiento de huesos y músculos, siendo beneficioso para personas de todas las edades.

Además, es rico en varias vitaminas, incluyendo vitaminas del complejo B (como el folato y la niacina) y compuestos antioxidantes como la vitamina E y los flavonoides, que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres. Y por si fuera poco, el amaranto es naturalmente libre de gluten, lo cual lo convierte en una opción segura para las personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten.

Cómo hacer las alegrías de amaranto: receta paso a paso

A continuación, te guiaremos paso a paso en la elaboración de una de las joyas más apreciadas de la cocina mexicana: las alegrías de amaranto. Te contamos qué necesitas para preparar esta receta y aprenderemos cómo tostar correctamente las semillas de amaranto, mezclarlas con la miel para obtener la dulzura perfecta y, opcionalmente, añadir ingredientes adicionales para personalizar este manjar según tus gustos. Sigue nuestra receta detallada y descubre el placer de crear tus propias alegrías de amaranto en casa.

Ingredientes de la receta de alegrías de amaranto

Para hacer alegrías de amaranto en casa necesitarás:

  • 1 taza de semillas de amaranto
  • 1/2 taza de miel de abeja o miel de piloncillo
  • Opcional: 1/2 taza de nueces picadas, semillas (como semillas de girasol o de calabaza), coco rallado u otros ingredientes al gusto

Pasos para elaborar alegrías de amaranto

Sigue los pasos que te compartimos a continuación para hacer tus alegrías de amaranto.

1. Tostar las semillas de amaranto

Calienta una sartén grande a fuego medio-alto. Agrega las semillas de amaranto y tuesta, moviendo constantemente la sartén para evitar que se quemen. Las semillas están listas cuando comienzan a saltar y se vuelven ligeramente doradas, esto toma aproximadamente 2-3 minutos.

2. Preparar la mezcla de miel

En otra sartén o cacerola pequeña, calienta la miel a fuego medio-bajo hasta que se vuelva líquida y suave. Si usas miel de piloncillo, asegúrate de que se disuelva completamente.

3. Mezclar las semillas de amaranto tostadas con la miel

Una vez que las semillas de amaranto estén tostadas, retira la sartén del fuego. Vierte la miel caliente sobre las semillas de amaranto tostadas y mezcla rápidamente hasta que todas las semillas estén completamente cubiertas con la miel.

4. Agregar ingredientes opcionales

Si deseas añadir nueces picadas, semillas u otros ingredientes, agrégalos a la mezcla de amaranto y miel en este momento y mezcla bien.

5. Formar las alegrías

Coloca papel encerado sobre una bandeja para hornear o un plato grande. Con una cuchara o con las manos ligeramente humedecidas para evitar que se pegue, forma montoncitos o barritas con la mezcla de amaranto y miel en el papel encerado. Puedes usar moldes para darles forma si lo prefieres.

6. Dejar enfriar y endurecer

Deja reposar las alegrías de amaranto a temperatura ambiente durante al menos 30 minutos o hasta que se enfríen y endurezcan completamente.

7. Servir y disfrutar

Una vez que las alegrías de amaranto estén completamente frías y firmes, están listas para disfrutar. Puedes guardarlas en un recipiente hermético a temperatura ambiente para que se mantengan frescas.

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